lunes, 19 de agosto de 2013

Crónica del Leyendas del Rock 2013 (parte 1)

Una nueva edición del Leyendas del Rock que pasa y van ocho, siendo esta la más multitudinaria en cuanto asistencia (se cuentan más de 10.000 asistentes) y la que ha contado con un mayor número de bandas internacionales. Este año el festival se trasladaba a Villena y esperemos que esta vez sea para quedarse ya que el recinto es una maravilla. 3 escenarios, cesped para tumbarse, carpa de bebida muy amplia para las horas de más calor, precios asequibles, piscina... lo único que debe mejorar la organización sigue siendo la zona de acampada, una asignatura pendiente del Leyendas del Rock que sigue sin cumplir los requisitos mínimos: terreno acondicionado para acampar, zonas de sombra, más basuras y este año añadir el tema de la seguridad ya que se registraron varios robos por gente de fuera del festival, quizás se debería restringir la entrada a todo aquel que no presente una pulsera acreditativa... 

Pasando ya a la primera jornada del festival, que era gratuíto y por ello registró mayor número de asistentes, la jornada comenzó con dos bandas tributo, Snagora, que rendían homenaje a Sangre Azul e Iberian Steel que hacían lo propio con Judas Priest. A ambas me las perdí por estar acampando, cosa que costaba lo suyo. Por suerte sí llegué para ver a Zenobia, grupo al que tenía ganas de volver a ver y que no defraudaron, ya que realizaron un buen concierto, concretamente el guitarra y vocalista Jorge Berceo que no paró de animar y cantar. De su repertorio destacaron temas como Alma de Fuego, Armageddon, Lengua de Serpiente, la balada Vuelve, y como no el himno Unidos Por El Metal que me extrañó que no lo interpretaran junto a sus colegas de Dünedain que tocaban el mismo día. Terminaron su concierto con La Tormenta, dejando claro que ya son una banda a tomar en cuenta para tomar el relevo en el heavy metal nacional.



Decidí descansar durante el concierto de The Loner, otra banda tributo, en este caso a Gary Moore y regresé al recinto para ver a los abulenses Dünedain quienes también ofrecieron un gran show con canciones tan poderosas como Fiel A Mi Libertad, La Rosa Negra, Mi Alma Sigue En Pie o El Año De La Rabia que ya se ha convertido en un himno de la banda. Nunca me han gustado Medina Azahara, así que aproveché su larga actuación para cenar, ver los puestos de merchandising y esperar para la actuación de los Mojinos Escozios, quienes sin duda fueron los triunfadores de la noche.


Mucha gente no se toma a la banda en serio por sus letras humorísticas, pero no olvidemos que el grupo está formado por músicos de calidad que saben hacer buen rock and roll y sobretodo divertir al público, que a esas horas era muy numeroso y disfrutó de lo lindo con las bromas del El Sevilla, un frontman de los que no hay, capaz de hacer reir a todo un festival con sus bromas, sus chistes o sus movimientos que junto al resto de la banda hicieron del Leyendas del Rock una auténtica fiesta donde los saltos y las risas no faltaron. Los Mojinos Escozios saben reirse hasta de ellos mismos y ese desparpajo es lo que les ha hecho tan grandes. Las canciones son tan coreables que es imposible no unirse a cantarlas. Temas como La Liebre, Al Carajo, Que Güeno Que Estoy, Por El Culo, Las Niñas Del Colegio De La Salle o Semos Unos Máquinas fueron algunos de los que sonaron (aunque he de decir que echo de menos canciones de los primeros discos) y al final del concierto consiguieron que algunas de las asistentas dejaran ver sus pechos al público, junto un par de culos por parte de algún asistente masculino poniendo la guinda a una fiesta que nadie quería que terminara.



Tras el tremendo show de los Mojinos Esozios llegó el turno de Santelmo, otra de las bandas que triunfaron. Jero Ramiro ha sabido sacar adelante a la banda gracias a los músicos de los que se rodea, de los que destaca Nacho Ruíz, un vocalista del que se debería hablar más, ya que canta muy bien y apenas se le nombra a la hora de hablar de las mejores voces de rock del país. Santelmo interpretaron las mejores canciones de sus dos discos (esperemos que un tercero no se haga esperar mucho) como Ana Y El Verdugo, Los Creyentes, Hijos De La Madre Tierra, Roma A Las Puertas... y la sorpresa llegó con la versión de Saratoga Tras Las Rejas, tema que todo el público recibió con una sonora ovación y que se nota que era uno de los temas favoritos de Jero en su etapa en Saratoga. El final del concierto vino con la grandiosa Junio del 44 y la versión de Helloween I Want Out.

Decidí ver a Stingers, el tributo a Scorpions de lejos tumbado en el césped (una de las ventajas de este recinto es esa) y decir que eran un calco de la banda alemana, tanto en aspecto, donde emulaban las poses y vestimentas como musicalmente. Vocalmente parecía que estabas escuchando a Klaus Meine! El repertorio fue un repaso a los mejores temas de Scorpions, como Bad Boys Running Wild, The Zoo, la siempre aclamada Still Loving You, Big City Nights y como no Rock You Like A Hurricane con la que terminaron un show digno de ver.

Tras ellos llegaba el último grupo de la noche, Iron What? quienes ya tocaron en la pasada edición y que nos muestran un más que acertado tributo a Iron Maiden, con una escenografía muy lograda y una banda que interpreta los temas a la perfección y que además imitan muy bien sus movimientos, en especial el que "interpreta" a Bruce Dickinson tanto a la voz como a su forma de moverse, idéntica que hace pensar que estás viendo a los verdaderos Maiden. El repertorio fue toda una lluvia de clásicos, desde Aces High, The Trooper, 22 Acacia Avenue, Can I Play With Madness, The Evil That Men Do, Wasted Years... incluso tocaron algún tema de la nueva etapa como Brave New World o The Wicker Man. Por desgracia se alargaron demasiado, sobrepasando su tiempo de actuación y tras Moonchild les cortaron el sonido. En un fesival tienes que amoldarte al horario que te dan y aunque nos quedamos con ganas de más, los horarios mandan pese a que fueran la última banda en tocar. 


La primera jornada del festival se cerraba con un gran sabor de boca que nos dejaba ver que todavía quedaban muchas bandas y muchas sorpresas por ver.

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