Sala Rock City, Almássera (Valencia)
De nuevo la valenciana sala Rock City fue la anfitriona para albergar una jornada de buen metal que comenzó bien temprano para ser un concierto. Pasadas las 7 de la tarde, se abrieron las puertas y el primer grupo, Scar of the sun fueron los encargados de comenzar en una sala todavía por llenar. Sigo sin entender como pueden empezar los conciertos tan temprano, es algo que no beneficia ni al grupo, ni a la sala ni al público.
La formación griega tuvo poco tiempo y lo quiso aprovechar al máximo, brindándonos unos cuantos temas. Estuvieron algo parados en un principio pero fueron soltándose conforme avanzaba el concierto, llegando a hacer que el público les ayudara a calentar el ambiente.
Tras la actuación de Scar of the sun llegó el turno de los noruegos Communic y a partir de aquí la noche fue yendo a mejor por momentos. La banda practica un metal progresivo que a pesar de no ser un estilo muy de mi agrado me sorprendieron. Ellos desde un principio salieron dispuestos a animar al personal el cual no tardó en seguirles, haciendo que la sala, cada vez más llena por momentos no parara de animar.
Llegó el primer plato fuerte de la noche y es que eran muchos los que esperaban para ver la actuación de Týr, banda formada en
las islas Feroe que vinieron dispuestos a mostrar su viking metal en tierras españolas. Salieron entre ovaciones y gritos de muchas mujeres que parecían encantadas de presenciar a los descamisados vikingos en acción. Abrieron con The lay of Thrym y le siguió The shadow of swastika, uno de mis temas favoritos de Týr que fue el primer punto caliente de la noche. Sinklars Vísa, cantada en su idioma natal bajó un poco el listón pero rápidamente volvieron a meterse al público en el bolsillo (el bajista se llevó todo el protagonismo al no parar de animar al público) Destacar la labor vocal de todos los miembros, los cuales hacen coros en todas las canciones, dándole ese ambiente épico. Con Hail to the hammer, Take your tyrant y a modo de despedida By the sword in my hand Týr se despidieron de un público que pareció encantado con su actuación.
Antes de comenzar con la crónica de Rage, mencionar que la sala se llenó hasta el punto de no quedar entradas. Ya era hora de que el público valenciano respondiera y demostrara que aquí hay mucha hambre de conciertos de rock y metal. Esperemos que esto se siga repitiendo y los promotores vean que aquí tienen una ciudad donde traer buenos grupos, ya sean nacionales o de fuera.
Metiéndonos ya en el concierto, Rage fueron una apisonadora, no dando tregua en ningún momento y ofreciendo un show sobresaliente. El sonido fue excepcional y tanto Rage como el público parecieron disfutar. El concierto tuvo un protagonista: Victor Smolsky, el cual no sólo clavó todos los solos de guitarra, si no que no paró en ningún momento de moverse, hacer coros o dejarnos con la boca abierta con su forma de tocar. Era como estar escuchándole en estudio. Un fiera. De Peavy Wagner también se podría decir lo mismo. Su voz sigue sin perder un ápice en directo, compaginada con su bajo el cual sigue sonando agresivo. En cuanto a André Hilgers tampoco hubieron pegas, todo un profesional tras los bombos que hizo que nadie echara de menos a Terrana.
En cuanto al set list, como era natural cayeron varios temas de su último ábum, 21 alternados con clásicos junto alguna canción rescatada para esta gira. Como siempre, faltaron canciones por tocar, pero en un grupo como Rage con más de una veintena de discos a sus espaldas, es ya obligatorio tener que dejarse muchos en el tintero. Tuvieron eso sí que recortar el repertorio debido al tiempo, algo que se podría haber solucionado trayendo a tres bandas en vez de a cuatro, algo que me parece excesivo para girar por salas.
Abieron el concierto con Twenty one y Forever dead y el primer clásico de la noche en caer fue
Paint the devil on the wall, del disco Welcome to the other side. Tras eso regresaron con más material nuevo con Feel my pain y Serial Killer, presentadas por Peavy entre ovaciones, cánticos y aplausos de un público ya totalmente entregado que no paró hasta el final, algo que hizo que el concierto fuera memorable. The crawling chaos nos transportó al ya lejano disco Black in mind. Unity fue la pieza instrumental de la noche y después llegó uno de los puntos fuertes de la noche fue la canción Eternally, cantada entre Peavy y Oddleif Stensland, cantante de Communic. Tras la colaboración comenzó la lluvia de temas clásicos como Refuge o Great old ones. El primer bis vino con Empty Hollow como recordatorio a su disco Strings to a web del año 2010 y Don't fear the winter. Antes de retirarse volvieron una última vez, primero para hacer un guiño a su tema Higher than sky, el cual no tocaron pero que Victor tocó el inicio y después despedirse con Soundchaser.
Un concierto redondo donde la única pega fueron los muchos temas que se dejaron sin tocar o que no incluyeron en el set list (Down, All I want, Higher than sky o alguna canción de su disco Carved in stone) pero que igualmente no defraudó a nadie. De nuevo Rage demostraron ser una banda que nunca defrauda en directo, siendo sinónimo de profesionalidad, entrega y fuerza.
La formación griega tuvo poco tiempo y lo quiso aprovechar al máximo, brindándonos unos cuantos temas. Estuvieron algo parados en un principio pero fueron soltándose conforme avanzaba el concierto, llegando a hacer que el público les ayudara a calentar el ambiente.
Tras la actuación de Scar of the sun llegó el turno de los noruegos Communic y a partir de aquí la noche fue yendo a mejor por momentos. La banda practica un metal progresivo que a pesar de no ser un estilo muy de mi agrado me sorprendieron. Ellos desde un principio salieron dispuestos a animar al personal el cual no tardó en seguirles, haciendo que la sala, cada vez más llena por momentos no parara de animar.
Llegó el primer plato fuerte de la noche y es que eran muchos los que esperaban para ver la actuación de Týr, banda formada en
las islas Feroe que vinieron dispuestos a mostrar su viking metal en tierras españolas. Salieron entre ovaciones y gritos de muchas mujeres que parecían encantadas de presenciar a los descamisados vikingos en acción. Abrieron con The lay of Thrym y le siguió The shadow of swastika, uno de mis temas favoritos de Týr que fue el primer punto caliente de la noche. Sinklars Vísa, cantada en su idioma natal bajó un poco el listón pero rápidamente volvieron a meterse al público en el bolsillo (el bajista se llevó todo el protagonismo al no parar de animar al público) Destacar la labor vocal de todos los miembros, los cuales hacen coros en todas las canciones, dándole ese ambiente épico. Con Hail to the hammer, Take your tyrant y a modo de despedida By the sword in my hand Týr se despidieron de un público que pareció encantado con su actuación.
Antes de comenzar con la crónica de Rage, mencionar que la sala se llenó hasta el punto de no quedar entradas. Ya era hora de que el público valenciano respondiera y demostrara que aquí hay mucha hambre de conciertos de rock y metal. Esperemos que esto se siga repitiendo y los promotores vean que aquí tienen una ciudad donde traer buenos grupos, ya sean nacionales o de fuera.
Metiéndonos ya en el concierto, Rage fueron una apisonadora, no dando tregua en ningún momento y ofreciendo un show sobresaliente. El sonido fue excepcional y tanto Rage como el público parecieron disfutar. El concierto tuvo un protagonista: Victor Smolsky, el cual no sólo clavó todos los solos de guitarra, si no que no paró en ningún momento de moverse, hacer coros o dejarnos con la boca abierta con su forma de tocar. Era como estar escuchándole en estudio. Un fiera. De Peavy Wagner también se podría decir lo mismo. Su voz sigue sin perder un ápice en directo, compaginada con su bajo el cual sigue sonando agresivo. En cuanto a André Hilgers tampoco hubieron pegas, todo un profesional tras los bombos que hizo que nadie echara de menos a Terrana.En cuanto al set list, como era natural cayeron varios temas de su último ábum, 21 alternados con clásicos junto alguna canción rescatada para esta gira. Como siempre, faltaron canciones por tocar, pero en un grupo como Rage con más de una veintena de discos a sus espaldas, es ya obligatorio tener que dejarse muchos en el tintero. Tuvieron eso sí que recortar el repertorio debido al tiempo, algo que se podría haber solucionado trayendo a tres bandas en vez de a cuatro, algo que me parece excesivo para girar por salas.
Abieron el concierto con Twenty one y Forever dead y el primer clásico de la noche en caer fue
Paint the devil on the wall, del disco Welcome to the other side. Tras eso regresaron con más material nuevo con Feel my pain y Serial Killer, presentadas por Peavy entre ovaciones, cánticos y aplausos de un público ya totalmente entregado que no paró hasta el final, algo que hizo que el concierto fuera memorable. The crawling chaos nos transportó al ya lejano disco Black in mind. Unity fue la pieza instrumental de la noche y después llegó uno de los puntos fuertes de la noche fue la canción Eternally, cantada entre Peavy y Oddleif Stensland, cantante de Communic. Tras la colaboración comenzó la lluvia de temas clásicos como Refuge o Great old ones. El primer bis vino con Empty Hollow como recordatorio a su disco Strings to a web del año 2010 y Don't fear the winter. Antes de retirarse volvieron una última vez, primero para hacer un guiño a su tema Higher than sky, el cual no tocaron pero que Victor tocó el inicio y después despedirse con Soundchaser.Un concierto redondo donde la única pega fueron los muchos temas que se dejaron sin tocar o que no incluyeron en el set list (Down, All I want, Higher than sky o alguna canción de su disco Carved in stone) pero que igualmente no defraudó a nadie. De nuevo Rage demostraron ser una banda que nunca defrauda en directo, siendo sinónimo de profesionalidad, entrega y fuerza.
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