viernes, 15 de marzo de 2024

Judas Priest - Invincible Shield


The Priest is back! Parece increíble, pero es cierto, Judas Priest publican su álbum número 19 tras 50 años de carrera, toda una proeza. Y además lo hacen venciendo a las adversidades, con Glenn Tipton luchando contra su enfermedad, con un Richie Faulkner recuperado de un infarto que sufrió en mitad de un concierto y tras superar una pandemia mundial. Unos guerreros que lejos de querer retirarse o girar sin aportar nada nuevo, siguen con la misma ilusión que desde sus comienzos, y eso es ya todo un regalo para los seguidores de la banda británica.

Era difícil estar a la altura de su anterior obra, Firepower, publicada hace 6 años, donde callaron bocas y tocaron techo a nivel compositivo, siendo para muchos la continuación espiritual de su clásico atemporal Painkiller de 1990. Pero Judas Priest son los metal gods y conformarse no está en su vocabulario, es una banda que siempre ha experimentado sin salirse de su sonido clásico, y ahora, con Invincible Shield, han dado otro golpe sonoro, creando un disco que no solamente está a la altura de Firepower, sino que en mi opinión, lo supera.

Este nuevo disco es tan grande por diversos factores, comenzando por la figura de Andy Sneap, productor del disco quien ya lo hizo en Firepower y que ha sabido pulir y afilar el sonido de Judas Priest, un factor que en discos anteriores era una asignatura pendiente, ayudado por Tom Allom en un par de temas. La portada ha corrido a cargo de Mark Wilkinson, que sin ser la mejor de su discografía, es identificable. Y luego tenemos a la banda, con Scott Travis a la batería, Ian Hill al bajo, Richie Faulkner y Glenn Tipton a las guitarras y Rob Halford a la voz. 

Hay polémica sobre cuánto habrá intervenido Tipton en la composición y grabación, y teniendo en cuenta que pasa por una enfermedad que le impide estar al 100%, creo que las especulaciones sobran. Naturalmente, él habrá compuesto y ayudado en la creación del disco y es todo un logro que siga al frente de la banda aunque sea en un segundo plano. Lo que está claro es que este disco tiene nombre y apellido: Richie Faulkner. No sólo es desde hace tiempo miembro de Judas Priest en pleno derecho, es que para este álbum se ha echado el peso a la espalda y brilla gracias a él. Los solos, riffs, melodías... todo hace que Faulkner sea el salvavidas que la banda necesitaba tras la salida de KK Downing y si Judas Priest están a día de hoy donde están, él tiene parte de ese mérito.

Pasando a las canciones, estamos ante 11 cortes (14 si contamos la edición deluxe) de puro heavy metal donde Judas Priest hacen un repaso a su historia haciendo que algunas canciones recuerden a diferentes momentos de su carrera, pero siempre unificadas y haciendo de Invisible Shield un trabajo compacto y que tiene identidad propia.

Panic Attack abre el disco, y aunque fue el primer adelanto que nos ofrecieron, sigue poniendo los pelos de punta al escucharla. La intro, llena de sintetizadores, recuerda al Turbo, uno de sus trabajos más polémicos (que a mí personalmente me encanta) y que nos traslada a los 80 más pegajosos, pero rápidamente las guitarras cortan con todo para darnos uno de sus temas más poderosos de este álbum, con un Halford pletórico que sigue demostrando que es el metal god. Su grito final emociona y asombra cómo con a sus 72 años sigue en ese estado de forma vocal. Luego tenemos la sección rítmica imbatible formada por Hill y Travis que es inexpugnable y las guitarras que son Judas Priest en estado puro, cortando el viento y reivindicando que ellos son, los padrinos del heavy metal. Un himno en pleno 2024, una maravilla que sean capaces de seguir predicando el heavy metal de una manufactura sobresaliente.

The Serpent And The King, sigue con esa explosión de heavy metal acelerado y agresivo, con Halford desatando su rabia y poniendo a prueba sus cuerdas vocales, mientras la batería va arrasando todo a su paso y nos dan un estribillo pegadizo y efectivo, todo eso coronado con un solo de guitarra titánico.

Invincible Shield completa este trío inicial de heavy metal poderoso, con una letra que precisamente habla de mantenerse unidos e imbatibles, que el heavy metal es invencible y prueba de ello es la canción y el disco. 50 años de carrera defendiendo la fe. Riff afilado, sección rítmica sólida, otro gran estribillo y en resumen, todo lo que un seguidor de Judas Priest espera. Otro himno que se sacan de la manga.

Tras 3 piezas tan contundentes, toca bajar ligeramente las revoluciones y Devil In Disguise nos ofrece un heavy metal más melódico que me recuerda a discos como Killing Machine, donde batería y bajo tienen algo más de peso, creando un muro sonoro, mientras las guitarras se desenvuelven más comedidas y Halford canta con un registro más cómodo. El estribillo es simple pero pegadizo, de esos que en directo pueden dar juego.

Llega el turno de Gates Of Hell, tema con esas guitarras gemelas al inicio que le suman epicidad y desembocan en un corte muy dinámico y guitarrero, donde destaca su tremendo estribillo, para mí, el mejor de todo el disco y que pocas veces hemos escuchado uno parecido en la discografía de Judas Priest. Destacar la labor de Ian Hill al bajo, el cual siempre se mantiene en un segundo plano pero que en este álbum tiene varios momentos para destacar.

El ecuador del disco llega con Crown Of Horns, otro de los adelantos que en un principio dividió a la comunidad, pero que una vez dentro del disco, y tras muchas escuchas, resulta ser una excelente canción, con un aire más comercial (en el buen sentido) donde Faulkner se luce a placer en los primeros compases y en el solo y donde nuevamente Ian Hill destaca con sus líneas de bajo. Pieza melódica donde Halford nuevamente puede cantar de manera más calmada sin recurrir a agudos estratosféricos.

Otra de las sorpresas es As God Is My Witness, un corte speed metal afilado y directo que podría encajar perfectamente en Painkiller, siendo, de hecho, una especie de Leather Rebel 2.0. Insisto que es increíble que a estas alturas sean capaces de seguir creando piezas así. Las guitarras son sencillamente atronadoras, con unos solos magistrales, mientras que Scott Travis hace su magia logrando elevar la canción a la quintaesencia del heavy metal. Halford naturalmente está a la altura de las circunstancias, regalándonos este trallazo que suena igual de bien que si lo hubieran grabado hace 30 años. Simplemente brujería.

Trial By Fire también la usaron como adelanto y es otra canción donde melodía y agresividad se unen dando como resultado un heavy metal de corte más tradicional, ideal para mover la cabeza al ritmo y alzar los cuernos y donde Faulkner nuevamente se reivindica como el guitarrista de la banda y ahora mismo, uno de los componentes con mayor peso dentro de Judas Priest.

Escape From Reality es de las que más se alejan de lo presentado hasta el momento, dándonos una pieza densa y pesada, más acorde al sonido de Black Sabbath, con cierto sabor a doom metal, con el bajo de Hill distorsionado y retumbando de fondo, mientras Halford en ocasiones imita a Ozzy Osbourne en su registro vocal y las guitarras se tornan oscuras. Diferente pero que me ha encantado, muy acorde con su letra y atmósfera, saliéndose de lo establecido pero igualmente convenciendo.

Sons Of Thunder es de todo el disco, el tema más prescindible, que no llega a los 3 minutos y que sin estar mal, no brilla con la misma intensidad que el resto, que encajaría en un disco como Angel Of Retribution pero que en Invicible Shield parece relleno.

Como colofón, Giants In The Sky, canción que como el propio Halford dijo en una entrevista, es un homenaje a Ronnie James Dio y Lemmy Kilmister, sus dos compañeros caídos y que sirve como tributo a estas dos leyendas que pese a que hace ya años que nos dejaron, siguen siendo añoradas. Es bastante emotiva en su letra, mostrando que realmente Halford los echa de menos y musicalmente es pesada, sin caer en lo pomposo y que cierra el disco de forma magistral.

En la versión deluxe se incluyen 3 temas extra, Fight Of Your Life, Vicious Circle y The Lodger, esta última escrita por Bob Halligan Jr., quien ya escribió en el pasado letras para la banda. La única que destaco es la primera, que podría encajar en el disco a pesar de ser de corte más hard rock, y que recuerda a discos como Killing Machine o Screaming For Vengeance, mientras que Vicious Circle es bastante genérica y The Lodger está totalmente alejada del resto, pudiendo encajar en Nostradamus, siendo más teatral e incluso operística. Simplemente, 3 cortes para los muy cafeteros y que no han querido dejar en cajón.

Invincible Shield es la prueba evidente de que Judas Priest siguen en un estado de forma envidiable, con el retiro lejos de sus planes y que es asombroso cómo con las edades que manejan, su trayectoria y las adversidades, lejos de acomodarse, se quieren superar y nos han regalado un álbum que puede mirar cara a cara a muchos de sus clásicos. Todo un ejemplo de que estas bandas, que muchos abogan por jubilarlas, pueden todavía darnos alegrías y gritar a viva voz que siguen al pie del cañón. Mis respetos a Judas Priest. Son invencibles.

Discográfica: Sony Music

 

Formación

  • Rob Halfor - Voz
  • Glenn Tipton - Guitarra
  • Richie Faulkner - Guitarra
  • Ian Hill - Bajo
  • Scott Travis - Batería


Tracklist

  1. Panic Attack
  2. The Serpent And The King
  3. Invincible Shield
  4. Devil In Disguise
  5. Gates Of Hell
  6. Crown Of Horns
  7. As God Is My Witness
  8. Trial By Fire
  9. Escape From Reality
  10. Sons Of Thunder
  11. Giants In The Sky

 

Puntuación: 9.5/10

 

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