Cirith Ungol es una de esas formaciones catalogada como banda de culto. Eminencias dentro del metal underground, pioneras del heavy metal épico, del doom e incluso del power metal y que en los años 80 parieron discos míticos como Frost And Fire (1981), King Of The Dead (1984) o One Foot In Hell (1986).
Tras la publicación de Paradise Lost (1989), un álbum cuyo resultado jamás agradó a la banda, decidieron separarse y pese a los deseos de los seguidores por una reunión, era algo que cada vez parecía más imposible y que parecía confirmarse con la muerte del guitarrista Jerry Fogle en 1996.
Pero todo cambió gracias a Jarbis Leatherby, bajista de los americanos Night Demon quien movió hilos para juntar a la banda y hacerles tocar por primera vez en años en el festival Frost And Fire. De ahí empezaron a actuar en otros festivales y eso les animó a grabar un single y un disco en directo. Todo hacía vaticinar que el regreso de Cirith Ungol vendría acompañado de un nuevo álbum de estudio y las plegarias han sido escuchadas, ya que la banda nos presenta su nuevo disco en 31 años.
Forever Black es sin duda uno de los álbumes más esperados por los fans de este género, eso conlleva muchas expectativas, temores y dudas sobre si estará a la altura, y hay que decir que lo está. La banda ha publicado un trabajo acorde a su legado, con su sonido reconocible intacto, una producción impoluta y todo cuidado hasta el más mínimo detalle. Un ejemplo de ello es la portada, realizada por Michael
Whelan, el mismo artista que se encargó de las portadas de los discos
anteriores y que cómo no, está protagonizada por Elric de Melniboné, el
personaje de las novelas de Michael Moorcock siempre
presente en los trabajos de Cirith Ungol.
La banda a día de hoy está formada por los miembros fundadores Greg Lindstrom al bajo, guitarra y teclados y Robert Garven a la batería, el vocalista Tim Baker a las voces (quien ha grabado todos los álbumes de la banda), Jim Barraza a la guitarra y el propio Jarbis Leatherby al bajo, quien además de juntar a la banda se encarga del bajo.
El álbum comienza con la intro The Call, que nos sumerge en la atmósfera de Cirith Ungol con esa mezcla de épica y oscuridad para darnos paso a Legions Arise, un tema que nos despeja todas las dudas. Cirith Ungol están de vuelta y parece que no haya pasado el tiempo, como si tras Paradise Lost el lapsus de 31 años se hubiera congelado y despertáramos segundos después. Guitarras cabalgantes, melodías oscuras, una base rítmica potente y densa y la inimitable voz de Tim Baker, cuyo timbre no ha envejecido y se mantiene intacto 3 décadas después, para regocijo de todos. A eso le sumamos una letra que claramente habla del retorno de la banda por todo lo alto y el resultado es un comienzo de 10.
Le sigue The Frost Monstreme con ese riff de guitarra que rápidamente nos recuerda a su primer álbum y con el bajo de Leatherby dominando en un corte con ese aroma a heavy / doom marca de la casa. Se nota que la banda ha buscado por todos los medios conservar el sonido de los 80 junto a esa atmósfera que los caracteriza. No falta ese momento más acelerado, más cercano al heavy metal de los 70 con reminiscencias a Black Sabbath.
The Fire Divine trae esos aires de hard rock que estaban más presentes en Frost And Fire y Paradise Lost, siendo una pieza más movida y dinámica con un Baker sobresaliente, cantando agudo y agresivo. Las guitarras ganan peso con los riffs, ese momento en el cual se doblan tras el solo y los coros finales que le otorgan fuerza a la canción.
Stormbringer es uno de los momentos culmen del álbum, con su inicio acústico al que se suma un Tim Baker mostrando un registro melódico y grave, que va in crecendo con la inclusión de las guitarras eléctricas y la batería, para pasar a una balada llena de fuerza, ahora sí con Tim mostrando su peculiar registro y un ambiente más épico pero sentido, cuya letra aborda la historia de Stormbringer, la espada del citado Elric de Melniboné. A destacar el enorme solo de guitarra, uno de los mejores del disco, su épico estribillo y las líneas de bajo, que nos traen esa atmósfera doom que tanto les caracteriza.
Fractus Promissum nos acerca más al heavy metal clásico y sus álbumes The King Of The Dead y One Foot In Hell, con esos solos más distorsionados y clásicos al más puro estilo Judas Priest de la época del Stained Class.
Nightmare nos devuelve a esa atmósfera de heavy / doom siniestra, con la batería marcando el ritmo a golpes y las guitarras luciendo su maestría, ofreciendo ritmos orientales y más tarde melodías cabalgantes y riffs que son pura oscuridad, junto a un estribillo pegadizo pero solemne. Un medio tiempo que es pura maldad y otro de los mejores momentos del disco.
Before Tomorrow sigue con esa estela de oscuridad y ritmos más pesados, aunque en menor medida que la canción anterior. Es más melódica y directa, con esas guitarras que una vez más beben de Black Sabbath y nuevamente con un solo digno de enmarcar.
Para terminar está Forever Black, una de esas canciones que suena a himno de la banda y que se la dejan para el final para cerrar el disco con fuerza. Heavy metal galopante y épico, denso y con una composición simple y primaria pero efectiva.
El regreso de Cirith Ungol ha roto todos los esquemas, ya que no sólo han publicado un álbum que está a la altura de sus antecesores, con un sonido que repasa toda su discografía y aúna lo mejor de la banda, si no que además está entre lo mejor que se ha editado este año hasta la fecha. Ojalá el retorno de todas las bandas que lo dejan fuera como éste, a la altura de las circunstancias, con calidad, pensando el los fans y sacando lo mejor de cada miembro.
Ojalá este regreso sea permanente y tengamos Cirith Ungol para rato.
Discográfica: Metal Blade Records
Formación
- Tim Baker - Voz
- Greg Lindstrom - Bajo, teclado y guitarra
- Jim Barraza - Guitarra
- Jarvis Leatherby - Bajo
- Robert Garven - Batería
Tracklist
- The Call
- Legions Arise
- The Frost Monstreme
- The Fire Divine
- Stormbringer
- Fractus Promissum
- Nightmare
- Before Tomorrow
- Forever Black
Puntuación: 9/10
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