Que Judas Priest saquen nuevo disco siempre ha sido motivo de alegría y una buena noticia, o al menos, así lo era hasta hace unos años. Su reunión y vuelta a los escenarios con Rob Halford trajo como resultado un digno trabajo como fue Angel Of Retribution. Luego llegó Nostradamus, aquel polémico disco conceptual que dividió a los fans de Judas Priest y que en general no fue muy bien acogido. Tras eso, llegó el principio del fin con la marcha de K.K. Downing, fundador y uno de los responsables del sonido de la banda. Todo parecía indicar el final de Priest cuando anunciaron la supuesta gira de despedida llamada Epitaph. Pero el viejo cuento de las "últimas giras" ya nos lo conocemos de sobra y no tardaron en anunciar un nuevo disco, sin Downing en sus filas y con un Rob Halford que en la última gira demostró haber perdido fuelle. Y así, tras unos adelantos algo insustanciales llega Redeemer Of Souls, un álbum que de nuevo desata la polémica en la red. Deberían haberse retirado Judas Priest tras la última gira? Es necesario otro álbum sin la formación clásica? O como son una de las bandas que hicieron del heavy metal un estilo único pueden hacer lo que quieran sin ser criticados? Debates aparte, tras la escucha de Redeemer Of Souls puedo decir que estamos ante el que es posiblemente uno de sus peores álbumes de estudio y que marca el pistoletazo de salida del declive total de la banda.
Normalmente escuchar un nuevo álbum de Judas Priest es un ritual para muchos. Poner el disco (ya sea en vinilo, cd o recién descargado de cualquier página de Internet) y dejarse llevar por el agresivo y contundente sonido de los Judas. Y normalmente abren con un tema demoledor que nos pone los pelos de punta y ganas de mover nuestra cabeza. Pero esta vez la sensación es muy diferente cuando suena Dragonaut. Una canción que nos deja a medias, sin fuerza, con un estribillo poco convincente y un Halford irrreconocible que parece cantar desganado y con un registro muy por debajo de lo habitual. Vamos, un tema poco apropiado para abrir un disco de heavy metal. Esa sensación prosigue con Redeemer Of Souls, el tema que da título al disco y que a pesar de que las guitarras suenan heavys (parece que el nuevo combo entre Glenn Tipton y Richie Faulker parece funcionar) de nuevo la voz de Halford suena sin chicha, descafeinada. Está claro que el metal god ya tiene sus años y que la voz va perdiendo potencia con el paso del tiempo, de ahí que el disco se haya compuesto para que no tenga que alcanzar registros agudos. Pero seamos sinceros, un disco sin la aguda voz de Halford es como una serpiente sin veneno en su mordedura o una tormenta sin truenos: no impone respeto.
Por suerte, llega el mejor corte del disco, Halls Of Valhalla, que comienza con una épica intro que nos recuerda a Battle Hymn para que depués entren las guitarras con un riff y Halford (por fin) suelte un desgarrador grito. Es la canción más larga del álbum (6 minutos) y donde encontramos unas guitarras rápidas y contundentes junto a la pegada de la batería de Scott Travis que aunque hace un genial trabajo en todo el disco también parece contenerse. Es un tema que podría estar incluído en cualquier otro disco de Judas Priest sin desentonar. Parece que ya nos reencontramos con los metal gods de siempre y este corte sin duda es ideal para cerrar los ojos y dejarnos llevar por la letra y el ambiente. Temazo.
Sword Of Damocles pretende ser épica y con cierto aire marcial que ciertamente consiguen gracias a las melodías de las guitarras (y donde de nuevo destaca el trabajo de Scott Travis) haciendo un tema resultón y pegadizo pero sin más y donde Halford parece estar algo más acertado a la hora de enfrentarse a la canción. Tras un par de canciones con una temática más épica y mitológica, pasamos a una canción que habla de los muertos vivientes, algo que muchas bandas están abordando últimamente y que parece tener éxito. March Of The Dammed es de nuevo otro corte que nos deja "a medias" y que aunque la idea es buena, vuelve a faltar algo de garra en el resultado final. Además, soy el único que piensa que más que estar escuchando a Halford, parece que esté cantando Ozzy Osbourne? Down In Flames es otro de los que se pueden salvar de la quema gracias a las guitarras que durante toda la canción juegan entre ellas, ya sea en su inico donde se doblan creando una bonita melodía, en los riffs o en los solos. Las cosas como son, Richie Faulker no hace mal trabajo y ha pasado la pueba, pero evidentemente, sin ser K.K. Downing consigue mantener el sonido de Judas Priest.
Hell & Back tiene un inicio acústico para después mostrarnos una composición que nos recuerda a los primeros trabajos de Judas Priest de finales de los 70 / principios de los 80, pero sin más, una canción que pasa sin pena ni gloria donde únicamente destaco el solo de guitarra. Por su parte Cold Blooded y su inicio que me recuerda al tema Bloodstone intenta sin mucho éxito sonar como los Judas Priest de los años 80. Metalizer consigue volver a esperanzar al oyente gracias a un tema rápido, agresivo y donde encontramos los elementos clásicos de Judas Priest. En esta ocasión Halford es algo más comedido y aunque vuelve con sus tonalidades más agudas, apenas se desata, lo que demuestra de nuevo que en este disco han querido adaptar las canciones a las condiciones vocales del metal god. Crossfire sorprende por su base blues donde la banda intenta evocar sus inicios. Secrets Of The Dead comienza con el sonido de unas campanas que dan paso a un tema más oscuro envuelto en una atmósfera mística que no queda nada mal, pero que termina haciéndose algo pesada.
De nuevo Battle Cry nos trae un inicio con aires épicos que nos vuelve a recordar a Battle Hymn para dar paso a una canción que es un intento de emular el disco Painkiller sin mucho éxito, sobretodo por la parte que le toca a Halford el cual hace unos agudos que sinceramente se quedan a medio camino de ser lo que eran. Aunque la canción en sí no está mal, queda a años luz de estar a la altura de anteriores composiciones de ese mismo corte. Para terminar queda la balada del disco, titulada Beginning Of The End y que me parece un título acertado para describir el estado actual de la banda. El tema vuelve a tener ritmos bluseros y Halford se desenvuelve bien siendo una canción donde no se le exige ningún esfuerzo vocal ni registros muy altos.
Parece ser que Judas Priest se niegan a retirarse a pesar de que indicaban lo contrario. Lejos de dejar su legado bien alto y retirarse cómodamente, han optado por seguir sacando discos, en este caso, un álbum con el que intentan abarcar todas sus etapas musicales para contentar a sus seguidores, pero que se les ha quedado en experimento fallido. Un trabajo falto de fuerza, sin esa chispa que les hacía inigualables y con un Rob Halford que conoce sus limitaciones y nos ha mostrado su lado más melódico en lugar de esos registros que le hicieron en su día ser apodado el Metal God. Cierto es que tienen todo el derecho del mundo a seguir adelante, ya no tienen nada que demostrar y es un disco que seguramente han hecho sin prestar atención a las críticas, pero da cierta pena ver cómo la que en su día fue la banda de heavy metal por excelencia terminan su carrera sin pena ni gloria. Es verdad que a estas alturas nadie puede exigirles que saquen otro Painkiller, otro British Steel o un Defenders Of The Faith, pero si llevas el nombre de Judas Priest debes sacar un material que siga manteniendo ese nombre por lo alto. Ahora falta ver si en la gira del disco que ya ha sido anunciada (la que aseguraron en su día que no se iba a hacer, únicamente tocando en puntuales eventos) dan la talla y podemos ver en plena forma a la banda que enseñó en su día cómo tocar heavy metal.
Discográfica: Epic/Columbia Records
Tracklist
1. Dragonaut
2. Redeemer Of Souls
3. Halls Of Valhalla
4. Sword Of Damocles
5. March Of The Damned
6. Down In Flames
7. Hell & Back
8. Cold Blooded
9. Metalizer
10. Crossfire
11. Secrets Of The Dead
12. Battle Cry
13. Beginning Of The End
2. Redeemer Of Souls
3. Halls Of Valhalla
4. Sword Of Damocles
5. March Of The Damned
6. Down In Flames
7. Hell & Back
8. Cold Blooded
9. Metalizer
10. Crossfire
11. Secrets Of The Dead
12. Battle Cry
13. Beginning Of The End
Nota: 6.50/10
Tío pero que WF estas dicieno si es un disco tremendamente bueno lleno de temazos y con una calidad de producción y post producción tremenda aquí la cuestión es echar basura sobre los álbum de las bandas clásicas siempre alegando que tiempos pasados fueron mejores, no se puede vivir el pasado empieza por hay .
ResponderEliminarEn ningún momento he criticado la producción del disco, que no me parece mala. Y no los critico ni por ser banda clásica ni por que los tiempos pasados fueron mejores (soy un fan de Judas de toda la vida) los critico por sacar un disco que se queda a medias de ser un BUEN disco de Judas Priest. Le falta garra y Halford no da el 100%, por lo que no puede ser un buen disco si ellos no lo han puesto todo.
ResponderEliminarQuizás la nota sea algo baja y merezcan más, ya que el disco se deja escuchar, pero precisamente al ser un fan de Judas Priest quiero que la banda no se duerma en los laureles y saquen un disco mediocre con el logo del grupo y con eso ya se les aplauda. Me esperaba más del disco.
Larga vida a Judas Priest.
Yei, Alapont, soy el puto klendazu, estoy de acuerdo contigo, en cuanto a caña decepcionan, suenan débiles y la voz es penosa, incluso algunas canciones pierden un montón por falta de los agudos a lo judas.
ResponderEliminarPero las composiciones son buenas. Lástima, si hubieran grabado este disco en los 80 lo habrían bordado.
Totalmente de acuerdo contigo. Si este disco llega a grabarse con Judas en todo su potencial estaríamos hablando de un discazo, pero se ha quedado en un intento.
EliminarUn abrazo.