martes, 19 de julio de 2011

Sonisphere Getafe - Crónicas y valoraciones (Parte II)

Sabado 16

La segunda jornada del Sonisphere comenzó con la actuación de Hammerfall. En esta ocasión, no hubo atasco a la hora de entrar al recinto y conseguimos entrar sin aguantar largas colas. Hammerfall consiguieron reunir a un numeroso público que corearon de principio a fin todos sus temas. En esta ocasión recortaron un poco el uso de temas de su nuevo disco Infected para interpretar temas clásicos, como Let The Hammer Fall, Hearts On Fire o la propia Hammerfall. Estuvieron bastante comunicativos con el público, dando las gracias por asistir en un horario donde el sol abrasaba. A mitad concierto me fui a comer mientras los escuchaba de fondo. Un concierto aceptable que pudo haber sido mejor si se hubiera puesto en un horario más soportable.

Como en todo festival, toca sacrificar algún grupo para descansar, tomar fuerzas o simplemente darse una vuelta. En este caso fueron Mastodon los que escuché de fondo mientras me sentaba en la zona de sombra (a esas horas abarrotada y sin sillas disponibles, con lo que me tocó sentarme en el suelo)

Cuando terminaron, me dirigí finalmente al escenario, principalmente para ir cogiendo una buena posición para ver a Iron Maiden, y de paso disfrutar del show de Apocalyptica, quienes tras la intro del Hallelujah de Jeff Buckley salieron bajo la ovación del público. Reconozco la originalidad del grupo, capaces de hacer que miles de metaleros muevan las greñas al son de los cellos y una batería. También decir que es cuando tocan las versiones de Metallica cuando realmente el público se entrega, demostrando que a pesar de sus temas propios, tienen que seguir tirando de las versiones del grupo de San Francisco. Así pues, la tercera canción en sonar fue el Master Of Puppets, cantada a pleno pulmón por la audiencia e interpretada magistralmente por los finlandeses. Otra desventaja que tiene el grupo es tener que depender de un cantante invitado para colaborar en algunas canciones, haciéndolo entrar y salir del escenario constantemente. Así, tras dos temas propios volvieron con Nothing Else Matters, la eterna balada de Metallica que con el calor que hacía no pegaba mucho para la ocasión, pero igualmente fue bien recibida y cantada por los asistentes. Seguidamente llegó el turno de Seek And Destroy, bastante más aplaudida y que nuevamente dejó a muchos con la boca abierta viendo como interpretaban la canción a una velocidad pasmosa. Las 2 canciones del final, ya pertenecientes a la banda y la versión del Hall Of The Mountain King cerraron un concierto aceptable que sirvió de aperitivo para lo que venía a continuación.

Set list

Intro
2010

Grace

Master of Puppets

End Of Me

I’m Not Jesus

Nothing Else Matters

Seek And Destroy

Path

I Don’t Care
Hall Of The Mountain King

Con un público ya abarrotando las primeras filas y con los bomberos regándonos con agua (muchos estábamos ya pidiendo que se rebajara un poco la presión de la manguera, que en ocasiones hasta llegaba a hacer daño recibir el chorro) salieron Dream Theater al escenario. Reconozco que nunca he sido muy seguidor del grupo neoyorquino, los cuales admiro como músicos, pero su música me parece una exhibición exagerada de sus cualidades, incapaces de hacerme transmitir nada con sus canciones. Salieron coreados por algunos de sus seguidores entre las primeras filas (todo sea dicho, la inmensa mayoría estábamos ahí por Iron Maiden) y comenzaron rápidamente con su repertorio. En esta ocasión presentaban a su nuevo miembro, el batería Mike Mangini el cual estuvo sonriente durante todo el concierto (y luciendo nada menos que una batería con 4 bombos) y un tema nuevo de su futuro disco. Estuvieron muy quietos durante toda la actuación, poco comunicativos y sin apenas dirigirse al público (exceptuando al siempre sonriente Jordan Rudess) James LaBrie fue el único que se movió por el escenario y que tuvo palabras para el público. Petrucci parecía una estatua, inmóvil durante todo el concierto haciendo sus solos de guitarra que a muchos nos dejaban alucinados, al igual que John Myung que me sorprendió al verlo tocando su bajo de seis cuerdas con tanta maestría que sus dedos parecían de otro planeta. Pero lo dicho, mucho virtuosismo pero nada de sentimiento o de calor hacia el público. Supongo que los fans del grupo me apedrearán por esto y opinarán lo contrario, pero por mucho que lo intente, yo solo veo máquinas que tocan instrumentos. Creo que Dream Theater no es una banda de festivales y que ese hueco lo podría haber ocupado un grupo con más juego en directo.

Set list

Intro
Ander A Glass Moon
These Walls
Forsaken
The Great Debate
Fatal Tragedy
On The Backs Of Angels
Caught In A Web
Metropolis Pt. 1: The Miracle And The Sleeper

Y por fin, llegaba el momento de la noche, lo que miles de personas llevaban esperando durante todo el día. Todavía faltaban 3 cuartos de hora para que Iron Maiden saltaran a escena, pero la aglomeración ya era palpable. Mientras los técnicos afinaban instrumentos y terminaban de preparar la escenografía (la gran mayoría ya estaba instalada desde la mañana y estuvo tapada durante las actuaciones del resto de grupos) la gente esperaba impaciente. Los bomberos siguieron refrescando, tanto que al final, con el sol ya escondiéndose muchos pedimos a gritos que pararan, ya que completamente mojados, empezábamos incluso a tener frío. Finalmente, tras mucho insistir, pararon (por la mañana y a mediodía se agradece, pero a esas horas sobraba mucho) Sonó entonces Doctor Doctor de UFO, que fue aclamada y cantada como si una canción más de la doncella se tratara y seguidamente llegó la intro del disco The Final Frontier, Satellite 15. Al final de la misma todos los miembros de la banda aparecen en el escenario bajo una lluvia de ovaciones y gritos que da inicio al tema que da nombre al disco. Bruce Dickinson, el último en aparecer con su inconfundible salto comienza a cantar mientras que el resto de miembros tocan sus instrumentos dirigiéndose a un público eufórico. El Dorado suena sin interrupción con el primer cambio de telón de fondo. El escenario era prácticamente el mismo que se vio hace un año en Valencia sin apenas cambios. Es increíble como Iron Maiden consiguen hacer que un tema nuevo en menos de un año sea considerado todo un himno coreado por miles de personas. Pero fue con Two Minutes To Midnight y con el primer “Scream for me Madrid” de la noche cuando comenzó la locura colectiva, los saltos, los empujones y los gritos. Dickinson estuvo sobresaliente. No paraba quieto, se movía por todo el escenario, no paraba de animar y de hacer que el público colaborara con él. Steve Harris como siempre, apuntando al público con su bajo como si de una metralleta se tratara y yendo y viniendo de un lado a otro. Adrian Smith y Dave Murray en el lado izquierdo hacían sonar sus guitarras y se marcaban los solos que han marcado a tantas generaciones de heavys. Nicko McBrain, siempre oculto tras su imponente batería sonó brutal, como siempre. A Janick Gers lo ví algo ausente. Apenas se movió del lado derecho del escenario y realizó menos poses y malabares con su guitarra que de costumbre. En este concierto le tocó hacer menos solos y se notó. Llegaba el primer parón para que Bruce nos diera la bienvenida y bromeó diciendo que como el disco se llamaba The Final Frontier, era la última gira de la banda. El público respondió a eso con abucheos y Dickinson nos prometió que hay Iron Maiden para más años y mandó a la mierda a la gente que anunciaba su final (para regocijo y tranquilidad de todos) Con un nuevo telón de fondo de un barco luchando contra una tormenta, sonaban los acordes de The Talisman, una canción que comienza lenta y que a mitad de su duración gana velocidad. El grupo la bordó y demostró que no viven de clásicos ni de rentas de discos anteriores, cosa que les honra, no como tantos grupos que con 2 discos clásicos se hinchan a hacer giras tocando siempre lo mismo. De nuevo Bruce se dirigió al público para recordarnos que esta gira la hacen a bordo del Ed Force One, avión pilotado por el cantante y que sirve de pretexto para la siguiente canción: Coming Home, que a mí personalmente me puso los pelos de punta. El show del sábado tuvo un protagonista: Bruce Dickinson. Todos tenemos nuestro miembro favorito de Maiden, pero ese día todas las miradas las acaparó el frontman que estuvo incombustible. Con Dance Of Death, y por fin con el sol ya oculto (una lástima que el principio del show se diera con luz natural y no disfrutáramos de las luces del escenario) todos coreamos la melodía de un tema que se ha ganado por derecho propio ser un clásico en los conciertos de Maiden (a mí personalmente me encanta) Todos cantamos y coreábamos todos los riffs de las guitarras en mitad de un ambiente ya oscuro que venía de perlas para la canción, con un foco rojo que enfocaba a Bruce dándole un aspecto más tétrico. Pero donde realmente llegó la euforia colectiva y uno de los momentos de la noche y del festival fue cuando el telón con Eddie portando la bandera británica anunciaba la llegada de uno de los temas insignia del grupo. The Trooper comenzó a sonar con su riff archiconocido y miles de voces comenzaron a gritar. Los empujones no tardaron en llegar y miles de caras de satisfacción y locura llenaron Getafe. No puedo describir la sensación que produce oír en directo la que es tu canción favorita. Servidor se volvió literalmente loco, dejándose la poca voz que le quedaba en ese tema y que hasta hace un par de días no volvió a recuperar. En el primer estribillo, la bandera que Bruce ondeaba al viento vestido de soldado inglés se quebró y no tardó en ser sustituida por otra al instante. Tras ese chute de heavy metal y esa descarga de emociones, Maiden no querían bajar el listón y los acordes de The Wickerman se ocuparon de mantenerlo alto. De nuevo, un parón para que los británicos tomaran algo de aire y para que Bruce anunciara que hoy había venido gente de muchas partes de España y de otros lugares como Chile, Puerto Rico, Italia, Inglaterra o Portugal. También hubo tiempo para que nos dijera que todos somos una familia la cual nos une una sola cosa: el heavy metal. En esa gran familia, no importa la edad, sexo, raza o religión. En palabras textuales de Bruce, “da igual que seamos cristianos, judíos, musulmanes o un jodido jedi” Todos somos hermanos de sangre. Y entonces, Blood Brothers nos hizo levantar las manos y corear una canción que es imposible hacer que uno se emocione ante tanta emoción. When The Wild Wind Blows, canción del último disco de los británicos de más de diez minutos de duración hizo su presencia. Cambios de ritmo, riffs eléctricos y varios registros de voz son las características de un tema que a más de uno dejó descolocado, pero para eso estaba Dickinson, para hacer que nadie dejara de cantar y gritar. La cosa cambió con The Evil That Men Do, recibida como un regalo para los asistentes y que sonó demoledora, de nuevo, otro tanto para Harris y sus chicos por rescatar el tema en esta gira. El enorme Eddie de tres metros hizo su aparición para sorpresa de los fans que sacaron sus cámaras para inmortalizar el momento. Como siempre, Eddie se dirigió al público y después fue directo a Janick Gers para pelearse a guitarrazos. Luego, uno de los pipas le da una guitarra con la que se marca un solo junto a Adrian Smith. Momento impagable para todo fan de la doncella. Y es que Eddie es un miembro más de Iron Maiden. Llegaba uno de los momentos favoritos por el grupo y por los fans. Los acordes de Fear Of The Dark anuncian que es hora de corear la melodía de la canción y cantarla junto al frontman. De nuevo se desata la locura cuando el tema se acelera y miles de personas comienzan a saltar al unísono, y es que hay himnos que unen a las personas. Llegaba el momento de que sonara Iron Maiden y de que Janick comenzara con sus malabares guitarreros y Harris disparara con su bajo al personal mientras un Eddie gigante salía como invocado por la banda tras el escenario abriendo sus fauces de alienígena con sus ojos iluminados. Y con eso el grupo se despedía, al menos durante unos segundos, pues la ya inmortal intro de The Number Of The Beast anunciaba el retorno de los británicos. Y con los acordes de la canción y un macho cabrío alzándose en uno de los laterales del escenario, los cuernos al aire y las miles de voces gritando el famoso “666, the number of the beast” inundaron el Sonisphere. La cosa no cambió con Hallowed Be Thy Name, donde Bruce nos animaba a gritar y donde hizo para mí la mejor interpretación de la noche (este señor no baja el ritmo!) y encima le sobraban fuerzas para hacerse el escenario corriendo. Por desgracia, lo bueno siempre acaba, y con Running Free llegaba la última canción del concierto. Bruce presentó a todos los miembros de la banda y se despidieron “hasta la próxima” Tras los lanzamientos de púas y baquetas de rigor, Iron Maiden desaparecen para dar paso a su clásica canción de cierre Always Look On The Bright Side Of Life de los Monty Python. Hasta la próxima Iron Maiden.



Set List

Intro
The Final Frontier

El Dorado

2 Minutes To Midnight
The Talisman
Coming Home

Dance Of Death

The Trooper

The Wickerman

Blood Brothers

When The Wild Wind Blows

The Evil That Men Do
Fear Of The Dark

Iron Maiden

----------------------
The Number Of The Beast

Hallowed Be Thy Name

Running Free


Y como era de esperar, llegaba la gran escampada. Miles de personas intentando abandonar el escenario formando colas interminables y levantando un polvo que a más de uno dejó algo tocado (muchos que se olían lo que iba a pasar iban equipados con mascarillas, y es que hay gente previsora) Cuando conseguías salir, te veías con otro problema, carpas de comida y bebida a rebosar (como siempre, falta de personas y de carpas, tanto costaba poner una más?) y para rematar la faena, en la carpa de bebida se agotó el agua (algo IMPERDONABLE en este tipo de eventos)

Con la retirada de la parafernalia de Iron Maiden, llegaba el que fue (muy a pesar de los seguidores de la doncella) el mejor concierto de la noche y del festival. Twisted Sister salieron con el objetivo de seguir con la fiesta a pesar de que el cabeza de cartel ya hubiera tocado. Lo suyo fue todo un Vini, Vidi, Vinci. Dee Snider es un frontman de los que apenas quedan (Dickinson es uno de ellos y ayer ambos se juntaron en un mismo cartel) Sin su maquillaje que les da ese aspecto de transvertidos violentos (tampoco les hizo falta) salieron a comerse a un público que seguía al pie del cañón dispuestos a seguir con la fiesta. Tras la intro de AC/DC salieron a escena con What You Don’t Know (Sure Can Hurt You) y seguidamente The Kids Are Back. Dee Snider, con su “fucking” y su “motherfuckers” siempre en la boca, nos dio la bienvenida, nos dijo que el rock sigue vivo gracias a músicos como Iron Maiden, Alice Copper, AC/DC o ellos y que hoy venían dispuestos a hacernos pasar un buen rato. Stay Hungry y Shoot’Em Down, con dedicatoria a los políticos caldearon el ambiente. El concierto fue una retahíla de clásicos y de hacer buen rock, con un sonido impecable y con un grupo que estuvo todo momento dándolo todo. You Can’t Stop Rock And Roll nos hizo cantar a todos y con The Fire Still Burns Sneider dijo que Twisted Sister hace al año unos 15 conciertos, de los cuales uno de ellos les gusta que se en España por el recibimento que les damos (y el Sonisphere fue una muestra, pues miles de personas estaban siguiendo el concierto) Tambien J.J. French, el guitarrista, se dirigió al público para darnos las gracias y disculparse por no hablar el idioma (todo un detalle) Llegó uno de los momentos más divertidos y anecdóticos del festival. Con We’re Not Gonna Take It Getafe entera se convirtió en una fiesta, coreando el estribillo hasta la saciedad. Cuando la canción terminó, Dee Sneider se dirigió a Eddie Ojeda y le comentó que en España cantamos esa canción con otra letra. Ojeda le dice que aquí cantamos “Huevos con aceite” y con risas, nos pide que la cantemos… otra vez! pero con nuestra particular letra. Y así hicimos las miles de personas que con carcajadas le dedicamos al grupo nuestra versión. Momento impagable. Tras eso, Ojeda y Sneider intercambiaron frases en español (-Hola amigo, dónde vas? – A la escuela mi amigo) y después pidieron a los técnicos de luces que apagaran todas las luces del escenario y pidió al público que sacaran mecheros y móviles para iluminar el recinto. Con todo oscuro, miles de luces blancas y fuegos de mechero iluminaron Getafe para dar paso a la balada The Price que sonó más mágica que nunca. Con Burn In Hell, un foco rojo salido del suelo iluminaba a Dee Snider dándole un aspecto diabólico. Es increíble como un disco como Stay Hungry pueda dar tanto juego a un grupo. I Wanna Rock nos levantó a todos del suelo y llegó otro gran momento. Sneider nos hace cantar el estribillo y luego pregunta qué es lo que queremos… rock, o fuck? El público dice que lo segundo. Dee Sneider dice que entonces se van y nos dejan follar tranquilos. Ante la negativa, nos hace cantar un I Wanna Fuck repetidas veces. Este tipo de espectáculos y esa simpatía con el público pocos cantantes he visto hacerlas, tratándonos como si fuéramos colegas de toda la vida. Tras la canción se retiran, pero la intro de Come Out And Play hace regresar al grupo que nos brinda los dos últimos temas de la noche. Con S.M.F. se despide una banda que arrasó en el Sonisphere con su rock simpático y fiestero. A veces simplemente con eso, triunfas, sin grandes escenarios o montajes, sin grandes filigranas con los instrumentos y sin necesidad de hacer temas complicados. En lo simple a veces reside lo bueno y eso nos demostraron Twisted Sister. Fueron los mejores del festival, comiéndose al resto de grupos… con huevos con aceite.

Set list

What You Don’t Know (Sure Can Hurt You)
The Kids Are Back
Stay Hungry
Shoot’Em Down
You Can’t Stop Rock And Roll
The Fire Still Burns
We’re Not Gonna Take It
The Price
Burn In Hell
I Wanna Rock
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Come Out And Play
S.M.F.

Mi cansancio era tal que muy a mi pesar, decidí perderme a Uriah Heep y Lacuna Coil (o más bien me perdí presenciar a la bella Cristina Scabbia) A los primeros espero verlos en otra ocasión, cuando mi cuerpo no esté reventado tras tantas horas en pie. Así que marché a la acampada a terminar los suministros que sobraban y a seguir la fiesta allí, donde mucha gente ya estaba de fiesta.

Y así terminó un festival donde destacaron los grupos. De todos los que vi, ninguno decepcionó y sonaron geniales. Pero como siempre, toca mejorar mucho las instalaciones y tratar a un público que ha pagado una entrada a precios altos como merece. Falta todavía muchísimo por mejorar para poder igualarnos al resto de festivales europeos. Señores organizadores, oca ponerse las pilas y dejarse más dinero en infraestructuras, que el público no es ganado, son los que les dan de comer.

Ahora a esperar con qué sorpresas vendrá el Sonisphere del año que viene.

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