Rage están celebrando sus 40 años de creación. La banda fundada por Peavy Wagner lleva 4 décadas ininterrumpidas siendo uno de los pilares del speed power alemán, donde a lo largo de su dilatada trayectoria han publicado álbumes que han tocado diferentes estilos, desde el speed metal primigenio, a un power más elaborado, pasando por discos orquestales y momentos más progresivos, pero siempre con Peavy como capitán de una formación por la cual han pasado muchos músicos que han aportado su visión.
Si bien es cierto que en estos últimos años he estado algo más desconectado de sus últimos lanzamientos, con Afterlifelines han llamado mi atención debido a su ambicioso planteamiento: dos discos con un total de 21 canciones, dividido en dos, un primero con canciones de corte más clásico, con los 3 actuales músicos y un segundo de estilo orquestal con inclusión de piano, cuarteto de cuerda y arreglos sinfónicos, así que tanto los seguidores de los Rage más acelerados de la vieja escuela como los que prefieren su vertiente melódica y más elaborada pueden disfrutar de este trabajo.
Empezamos analizando el primer disco, que como ya dije contiene 11 piezas que llega a unos 40 minutos, donde el trío formado por Peavy Wagner a la voz y bajo, Jean Bormann a la guitarra y Vassilios “Lucky” Maniatopoulos a la batería nos van a ofrecer una descarga de speed metal sin concesiones, que arranca tras la introductoria In The Beginning para dar paso a la brutal End of Illusions, que inicia con una guitarra punteando de manera frenética para luego dar paso a una espectacular canción cuya batería te sobrepasa y un Peavy donde el paso del tiempo no parece pasar por sus cuerdas vocales, sonando agresivo como nunca.
Under a Black Crown muestra una vertiente más melódica pero sin perder gancho, donde nuevamente Vassilios hace una labor espectacular y la melodía principal de la guitarra es hipnótica. La propia Afterlife irrumpe a golpe de thrash metal, machacona con partes a la guitarra que podrían figurar en un disco de Megadeth o Annihilator sin problema alguno, pero donde se aprecia esa atmósfera tan típica de Rage, uno de los mejores cortes de esta primera parte, donde se ve que a pesar de los 40 años de existencia, Peavy y sus chicos siguen igual de agresivos y metálicos.
Pero la cosa no para y Dead Man's Eyes simplemente nos arroya con esa mezcla entre thrash, speed y power, donde potencia y melodía se combinan a la perfección. Menuda manera de repartir cera, hacía tiempo que Rage no me hacían alucinar tanto con un disco, se nota que el aniversario les ha hecho ponerse las pilas porque menudas canciones llevan hasta el momento.
Mortal baja ligeramente las revoluciones para darnos un tema con unas líneas de bajo muy densas y mayor pesadez en su estructura, siendo más heavy con un Peavy grave y rasgado a las voces, ofreciendo un estribillo de 10 con una letra fantástica. Algo similar ocurre con Toxic Waves, donde tiran hacia la melodía pero conservando la densidad donde predomina la guitarra con su tratamiento más elaborado.
Waterwar nos vuelve a dar esa dosis de caña (esa batería es simplemente estratosférica) con momentos melódicos que logran alternarse muy bien, con otro potente estribillo. Justice Will Be Mine es posiblemente mi pieza favorita de este primer disco, su corte más puramente power, donde la guitarra se desata y encontramos a los Rage de su etapa de principios de los 2000, pudiendo recordar a trabajos como Unity o Soundchaser, con un estribillo de esos que recuerdas por días.
Shadow World destaca por su riff de guitarra y donde vuelven a apostar por la melodía y ese ambiente más power metal con especial atención al solo y por último Live Among The Ruins cierra el primer CD con un inicio más orientado al rock melódico que rápidamente cambia hacia ese medio tiempo power con buenas interacciones de la guitarra y un Peavy más comedido a la voz.
Llegamos al segundo disco, que tras la intensidad y fiereza del primero, vamos a pasar a cortes donde predomina la orquestación, iniciando con el piano en Cold Desire, en una ambientación más oscura apoyada en las cuerdas, pero rápidamente el tempo se acelera para brindarnos ese power acelerado donde las orquestaciones están en segundo plano pero aportando de manera elegante sus elementos, mientras que Peavy se luce más a las cuerdas vocales y Vassilios hace un trabajo impresionante con unos cambios de ritmo excelentes.
Root Of Our Evil tiene ese inicio que recuerda a los Helloween más clásicos donde ahora las orquestaciones sí ganan más peso, acompañadas de una guitarra y bajo más densos, power metal sinfónico muy disfrutable y con esa onda optimista tan típica del género. Curse The Night sigue teniendo esa importancia sinfónica, tornándose ahora más oscuro el ambiente, con Peavy mostrando que domina los registros más melódicos a la voz y siendo una canción más cercana a esos álbumes orquestales que Rage publicó en su momento como XIII o el proyecto con la Lingua Mortis Orchestra de hace unos años.
One World tiene ese inicio épico que se mezcla con una guitarra igual de llamativa que da lugar a un tema muy resultón, con cambios de ritmo muy interesantes y un estribillo llamativo, con una letra naturalista y unas orquestaciones que logran elevar la composición a otro nivel, de las mejores de este segundo bloque. It's All Too Much por su parte mezcla el groove metal que la banda incorpora con esos elementos sinfónicos que incorpora sonidos arabescos, una mezcla que a priori puede resultar chocante, pero que funciona, demostrando que a Rage no tiene miedo de experimentar y que Peavy se divierte con estos temas, siendo un resultado llamativo y curioso que a mí personalmente me gusta.
Dying To Live incorpora elementos acústicos, con una guitarra que añade melodías medievales más típico en sus paisanos de Blind Guardian, que quizás no es algo a lo que Rage nos tienen acostumbrados, pero que tampoco me desagrada o desencaja en esta segunda parte donde el trío quiere salirse de lo establecido. The Flood combina heavy metal con esos elementos sinfónicos en un medio tiempo aceptable con momentos intensos, especialmente en el estribillo.
Llegamos a Lifelines, canción de casi 10 minutos donde Rage tiran la casa por la ventana para sacar a relucir todo lo que hemos visto a lo largo de este segundo bloque, momentos de piano, partes de orquesta intensas, cambios de ritmo que van desde el medio tiempo al progresivo hasta el speed metal, un Peavy más entregado a las voces, que canta desde melódico a gutural, solos de guitarra elaborados... un desfile de recursos donde la banda busca lucirse en este formato donde hay cabida para más experimentaciones.
Interlude es una pequeña pieza instrumental algo oscura que me ha recordado a las películas de Tim Burton (y por ende a Danny Elfman) donde predomina el piano que crea esa atmósfera de incertidumbre y que da paso a la última canción del disco, In The End, una balada donde retornan los elementos acústicos y cuya melodía principal está bastante lograda, siendo otro de los momentos donde Jean Bormann logra brillar. Un manera bonita y emotiva de poner el cierre al segundo bloque y por ende, al disco.
Rage han buscado celebrar sus 40 años por todo lo alto, dándonos un disco doble cuya primera parte es sublime, con un speed power donde apenas hay momentos para el respiro y una segunda orientada hacia lo orquestal, más experimental pero igualmente muy notable. Si bien es cierto que la primera parte es la que más me ha gustado, es a rasgos generales su mejor álbum en años. Es verdad que adolece de ser largo y su digestión puede hacerse algo pesada, por lo que recomiendo no devorarlo de golpe y dedicarle tiempo, ya que con cada escucha ha logrado atraparme más. Lo que queda claro es que tenemos Rage para muchos más años y que Peavy parece seguir siendo un jovenzuelo con ganas de mantenerse en la brecha, un luchador y un incansable que ha hecho de Rage una de las bandas indispensables del metal alemán. Enhorabuena y felicidades por estos 40 años.
Discográfica: Steamhammer Records
Formación
- Peavy Wagner - Voz, bajo
- Jean Bormann - Guitarra
- Vassilios “Lucky” Maniatopoulos - Batería
Tracklist
Disco 1:
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In the Beginning
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End of Illusions
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Under a Black Crown
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Afterlife
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Dead Man’s Eyes
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Mortal
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Toxic Waves
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Waterwar
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Justice Will Be Mine
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Shadow World
- Life Among Ruins
Disco 2:
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Cold Desire
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Root of Our Evil
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Curse the Night
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One World
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It’s All Too Much
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Dying to Live
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The Flood
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Lifelines
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Interlude
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In the End
Puntuación: 8.5/10