Dentro del subgénero del doom metal hay formaciones que han creado escuela o que son a día de hoy consideradas bandas de culto. Algunas siguen en activo, otras son ya historia y otras, como la que nos ocupa, han tenido un recorrido algo irregular pero a día de hoy se la puede considerar una de las mejores en su campo.
Sorcerer se fundó en 1988 y tras publicar dos demos, se separaron en 1992. No fue hasta tres años más tarde cuando John Perez, guitarrista de los míticos Solitude Aeternus relanzó estas dos demos en un solo disco. La banda fue haciéndose un nombre en el circuito underground y en 2010 el bajista Johnny Hagel y el vocalista Anders Engberg reactivan Sorcerer, quedando actualmente Engberg como único miembro fundador y Hagel manteniéndose en las sombras como director musical. Desde entonces han publicado 4 discos llenos de calidad, siendo el último, Reign Of The Reaper, el que nos ocupa.
Sorcerer se mantienen fieles a su estilo, doom metal épico con letras fantásticas y donde predominan pasajes instrumentales atmosféricos, siendo indudablemente los alumnos aventajados de sus paisanos Candlemass.
Sólo hay que escuchar la inicial Morning Star para comprobarlo, guitarras dobladas que desprenden unas melodías hipnotizantes y unos solos espectaculares y el más que sobresaliente trabajo de batería y bajo, que unidos a la impecable voz de Anders Engberg crean un tema que pone los pelos de punta. Su estribillo es oscuro, épico y pegadizo, en una letra donde se nos habla de caída de Lucifer y su descenso a los infiernos. No se puede empezar mejor un trabajo de estas características.
Reign Of Reaper es de un corte más puramente doom, con esas guitarras densas al más puro estilo Black Sabbath (padres del género y que es imposible no hacer referencia en este tipo de composiciones) y un magistral Engberg que para mí es una de las mejores voces actuales del doom, con unos registros que recuerdan al grandísimo Tony Martin. Aquí las melodías, los coros, la aparición de los teclados... todo está intencionadamente puesto para crear esa aura de oscuridad y melancolía para hacer una alusión en su letra a la propia muerte. Desde luego logran crear una atmósfera que logra plasmar de lo que cantan.
Thy Kingdom Will Come es más acelerada y logra con su gran trabajo a la batería de Richard Evensand subir la intensidad, recuperando la épica y donde nuevamente el trabajo vocal de Engberg es uno de los puntos álgidos de la formación y en este corte se carga a las espaldas todo el peso para llevarse el protagonismo, no sin dejar por un momento que las guitarras destaquen para brindarnos unos solos elaborados y técnicos.
Con latidos de corazón arranca Eternal Sleep, que nos trae partes acústicas y una atmósfera más misteriosa que impregna de oscuridad la canción, con riffs de guitarra muy definidos, teclados de fondo, un bajo con más cuerpo y líneas vocales lúgubres que acompaña bien a los instrumentos en este medio tiempo que roza la balada.
Curse Of Medusa es una de sus mejores composiciones creadas hasta la fecha en su carrera. Melodías orientales, coros épicos, un estribillo cargado de dramatismo, voces guturales por parte del bajista Justin Biggs y pequeños toques sinfónicos que añaden más épica y grandilocuencia a una canción que sobresale en todos sus aspectos. Una obra de arte con la que repasan el mito de Medusa.
Unveiling Blasphemy es doom metal crudo donde la base rítmica vuelve a sobresalir y donde el dúo de guitarristas formado por Kristian Niemann y Peter Hallgren demuestran todo su potencial, tanto a la hora de crear riffs como de ejecutar unos solos que son una auténtica delicia para los oídos. Todo esto apoyado con unos coros épicos a la par que oscuros y una voz tétrica y operística de Engberg que sabe interpretar a las mil maravillas.
La banda también sabe adentrarse en terrenos más duros y metálicos y con The Underworld tiran de dureza sonora, con una batería que va arrasando con lo que ve y unas guitarras más afiladas. El estribillo aporta su parte más melódica y oscura y hacia la recta final nos regalan unos pasajes de ambientación más tétrica, haciendo de este tema uno de mis favoritos del disco. Con canciones así se nota de dónde han sacado sus influencias, viéndose esas referencias a bandas como Therion, Solitude Aeternus o los ya citados Candlemass.
La guinda del pastel llega con Break Of Dawn donde Sorcerer van a volver a definir lo que es el epic doom metal con todos sus recursos, riffs monolíticos densos, teclados ambientales, una voz operística y oscura que nos saca lo mejor de ese pedazo de vocalista que es Anders Engberg, una batería contundente que nos ahoga con su pegada, bajo que sirve de muro sonoro, partes acústicas más atmosféricas, nuevamente unos solos de guitarra donde combinan lo técnico con lo melódico y que saben transmitir a la perfección el ambiente de la canción... en definitiva, otra joya que los suecos firman y donde se ve que ellos son actualmente la mejor banda de epic doom que hay en la escena, sonando frescos y aportando lo que en su día sus maestros hicieron pero dándole una renovación.
Sorcerer sientan cátedra con su Reign Of The Reaper. Epic doom metal de facturación excelente, donde no hay canciones de relleno y cada una es una pieza musical de indiscutible calidad. El mejor lanzamiento de su género en 2023 y un disco indispensable para toda persona que se considere seguidor del estilo.
Discográfica: Metal Blade Records
Formación
- Anders Engberg - Voz
- Kristian Niemann - Guitarra
- Peter Hallgren - Guitarra
- Justin Biggs - Bajo, voz
- Richard Evensand - Batería
Tracklist
- Morning Star
- Reign Of The Reaper
- Thy Kingdom Will Come
- Eternal Sleep
- Curse Of Medusa
- Unveiling Blasphemy
- The Underworld
- Break of Dawn
Puntuación: 9/10
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