Hemos tenido que esperar cinco largos años, pero por fin tenemos ante nosotros un nuevo trabajo de Testament, una de las bandas clásicas de thrash metal que se encuentran en mejor forma, regalándonos desde principios de los años 2000 auténticas joyas del género.
Para Bellum ya nos dice con su título que estamos ante uno de los álbumes más potentes y corrosivos de sus últimos años, donde ha habido cabida para todo tipo de sonidos pero sin salirse de su marca personal. La única novedad respecto a la formación es la del batería Chris Dovas, quien se unió a las filas de Testament en 2023, manteniéndose el resto de alineación con Chuck Billy al frente con las voces, Alex Skolnick y Eric Peterson a las guitarras y Steve DiGiorgio al bajo. La portada ha corrido a cargo de Eliran Kantor, quien últimamente está diseñando portadas para muchas bandas de peso como Kreator, Helloween Heaven Shall Burn o Vehemoth. En la producción tenemos a Juan Urteaga acompañado por los propios Chuck Billy y Eric Peterson, dándonos un álbum bien pulido donde Jens Bogren se ha encargado de la mezcla.
Pasando a las canciones, el disco abre con For The Love of Pain, toda una muestra de que Testament están en estado de gracia, siendo uno de los referentes del thrash metal que, aunque su primer álbum llegó un poco más tarde que otros grandes del género, han creado escuela. Estamos ante un tema afilado, crudo, con unos riffs asesinos y una batería totalmente desbocada que combina de muerte con la maestría de DiGiorgio al bajo y cómo no, un Chuck Billy que envejece como el buen vino, dándonos tonalidades rasgadas, guturales y una fiereza que no pierde su garra. A eso hay que sumarle que el propio Peterson añade coros y segundas voces donde encontramos unas tesituras más cercanas al black metal, algo que también se nota en algunos momentos en las guitarras. Un primer corte que es un bofetón en la cara y que ya nos sacude con brutalidad.
Infanticide A.I. fue el adelanto que nos ofrecieron y aquí encontramos a los Testament más puramente thrashers, reconocibles con la melodía inicial de la guitarra y con Chuck Billy cantando con su registro más clásico acompañado por unas guitarras más cortantes y melódicas y esa sección rítmica que es un auténtico búnker sonoro, impenetrable. Aquí cargan contra las inteligencias artificiales, tan en boca de todos y que tantas canciones han inspirado en los últimos años en el mundo del metal.
Pasamos a Shadow People que arranca con la batería militar y contundente de Chris Dovas, a quien se une DiGiorgio al bajo, demostrando que son un combo imbatible y que la incorporación del primero ha sido todo un acierto, teniendo esta canción para mostrar su calidad en una pieza más melódica pero que no pierde un ápice de potencia. Las partes melódicas a las guitarras son una delicia y qué decir de las líneas de bajo al fondo, se nota que estos músicos son auténticos maestros en sus instrumentos y nos regalan auténticos momentos de placer sonoro.
La sorpresa del disco llega con Meant to Be, balada en la que encontramos desde guitarras acústicas a orquestaciones arregladas por Chuck Palmer o la incorporación de violines y violas realizadas por Dave Edgar y por el valenciano Xavi Morató. Aquí Chuck Billy brilla con sus tonalidades más contenidas y melódicas, poco vistas en la discografía de Testament, teniendo una power ballad muy sentida donde predominan los elementos acústicos y la sección rítmica se queda en un segundo plano, dando mayor protagonismo a las cuerdas y donde no va a faltar el excelente solo que nos brinda el señor Skolnick, el cual también aprovecha para demostrarnos su calidad. En resumen, una canción diferente pero que sirve para darnos un respiro y mostrarnos otra cara de la banda, que se atreven con todo.
Pero tras este momento de paz, Testament regresan con toda la furia con High Noon, uno de los cortes más bestias del disco, que no son pocos, arrancando con el sonido de una escopeta y un riff demoledor al que se le une una batería enloquecida y donde podemos encontrar elementos del death metal, un género al que la banda ha recurrido en varios momentos a lo largo de su carrera, pero sin abandonar esos trazos de thrash metal que van a estar presentes en todo momento. La combinación de voces agudas y rasgadas con otras graves y más profundas son una mezcla excelente, y las guitarras que van desde momentos más groove a otros más heavys o acelerados son también elementos a destacar.
Otro trallazo es Witch Hunt, cuya letra ha sido escrita por Steve "Zetro" Souza, ex vocalista de Exodus y que fue el vocalista de Testament en sus inicios, cuando la banda llevaba por nombre Legacy y que ya ha colaborado anteriormente con la banda poniendo voces. Musicalmente es muy parecida a la anterior, con influencias del death metal, acelerada, bestia y con el uso de voces dobladas que vuelven a ser uno de los puntos fuertes del tema. A resaltar la batería, que desata muchos recursos, unas líneas de bajo crujientes y gruesas, guitarras que van acompañando a la voz en segundo plano y que brillan en los solos y nuevamente un Chuck Billy apoteósico a las voces, siendo a día de hoy uno de las mejores voces del thash metal sin discusión alguna.
Nature of the Beast nos devuelve a los Testament de sonido más puro, con esos elementos del thrash y del heavy metal más clásico, con guitarras dobladas y una sección rítmica más contenida pero brutal. La letra es más macarra, con una temática centrada en los juegos de azar y con claros guiños a Motörhead en algunos momentos. Una canción más simpática y desenfadada pero que encaja muy bien en el álbum y que gustará a los seguidores de sus primeras etapas.
Room 117 mantiene ese sonido clásico y más heavy que puede recordar a Judas Priest o Accept en algunos momentos y que nos lleva a los Testament melódicos de principios de los 90 pero con una mejor producción y más pulidos. Un corte que se aleja de los anteriores pero que nos sirve para hacer un repaso a toda la discografía de la banda, que pasaron por todo tipo de etapas, desde el thrash clásico, a discos más melódicos y experimentales, el death metal y el retorno a las raíces, y este disco aúna todas ellas aglutinándonas y dándoles sentido.
La recta final llega con Havana Syndrome donde siguen desplegando su faceta melódica y que me recuerda a sus primeros trabajos como The Legacy o New World Order y donde las guitarras toman el papel protagonista, mostrando unos riffs, punteos y solos que vuelven a resaltar la maestría de Peterson y Skolnick, un par de hachas cuyos recursos no tienen límite.
Pero para el final se dejan lo mejor, la propia Para Bellum con la que despiden el disco por todo lo alto, con ese inicio en tensión, batería marcial, bajo bien marcado y unos segundos instrumentales que llegan al clímax con Chuck Billy irrumpiendo con fiereza y rabia. Los solos de guitarra, riffs, doblados, momentos de batería y el estribillo con toques de black metal hacen de este corte un auténtico bombazo y que dejarlo para el final es todo un acierto.
Para Bellum es una auténtica bomba de relojería. Thrash metal que Testament combinan con elementos progresivos, death, black, partes melódicas, una balada... y todo suena tremendamente bien. Su mejor disco desde Dark Roots of Earth e incluso en algunos momentos lo supera, que ya es decir. Estamos ante un firme candidato a disco del año. Testament están preparados para la guerra y con este disco lo tienen todo para ganarla.
Discográfica: Nuclear Blast
Formación
- Chuck Billy - Voz
- Eric Peterson - Guitarra, voz
- Alex Skolnick - Guitarra
- Steve DiGiorgio - Bajo
- Chris Dovas - Batería
Tracklist
- For the Love of Pain
- Infanticide A.I.
- Shadow People
- Meant To Be
- High Noon
- Witch Hunt
- Nature of the Beast
- Room 117
- Havana Syndrome
- Para Bellum
Puntuación: 9/10

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