Para muchos, hablar de Angelus Apatrida ya son palabras mayores. Es una banda que, como es mi caso, he seguido desde sus inicios, los he visto crecer, triunfar, llenar salas, petarlo en festivales y hacerse un nombre en Europa, girando por todo el globo. Es una especie de orgullo poder observar cómo los manchegos se han convertido en la banda más importante del país en nuestra actualidad. Es por eso que la salida de su nuevo álbum (el octavo en su carrera) es como un acontecimiento y lo más importante, saber que lo que vas a escuchar va a ser bueno.
En estos momentos de su trayectoria empieza a ser difícil seguir sorprendiendo, pero es que ellos continúan haciéndolo, siguen sin tocar techo y nos siguen regalando auténticas joyas del thrash metal.
Aftermath es un disco que vuelve a traernos a unos Angelus Apatrida agresivos con unas letras comprometidas, pero donde no van a faltar melodías, partes aceleradas y excelentes momentos instrumentales. Tras el rabioso álbum homónimo, Aftermath está más a la par que trabajos como Cabaret de la Guillotine o Hidden Evolution, pero siempre mostrando una identidad propia.
Destacar su portada, obra de Gyula Havancsák quien ha trabajado para bandas como Annihilator, Burning Witches, Accept, Grave Digger o Destruction y que lleva desde Hidden Evolution siendo el encargado de realizar las portadas del grupo.
Pasando a las canciones abren de manera abrupta con Scavenger. Thrash metal directo al grano, con una batería que te pasa por encima y una banda que se nota que llevan toda la vida juntos, siendo una máquina bien engrasada. Su estribillo es ideal para los directos. Es una canción que me recuerda a anteriores como Immortal. Destacar la voz de Guillermo, que sigue igual de afilada y en forma y que más tarde veremos que ha mejorado con los años en cuanto a registros y esas guitarras estratosféricas que en temas acelerados de esta índole logran sobresalir.
Cold fue el primer adelanto que nos ofrecieron, donde se aprecia esa combinación en los cambios de ritmo, pasando de lo brutal a lo melódico con gran atino. Su inicio devastador, cargado de rabia contrasta con su estribillo pegadizo y más calmado. Toca volver a alabar el enorme trabajo de Víctor Valera a los parches y ese cambio de intensidad hacia mitad de la canción que lo convierte en uno de los cortes de mayor calidad del álbum, y acabamos de empezar.
Este trabajo también brilla por su elenco de colaboraciones, cosa que hasta la fecha Angelus Apatrida habían hecho en contadas ocasiones, pero que en este disco despliegan con invitados de lujo, comenzando por Jamey Jasta, vocalista de los estadounidenses Hatebreed, quien pone su voz en Snob, una pieza acelerada y rabiosa donde ambas voces combinan de manera magistral y donde debido a la naturaleza del invitado, encontramos ciertos elementos del hardcore en la música. Tenemos un estribillo coreable (en directo puede dar mucho juego) y unos solos de guitarra de esos que te dejan sin aliento marca de la casa. Una muestra de que cuando los manchegos se ponen duros, poca cosa puedes hacer más que dejarte llevar.
Fire Eyes cuenta con otra colaboración, siendo ahora Pablo García (WarCry) quien aporta un solo de guitarra excelente, muy alejado de lo que suele ofrecer en su banda de un estilo muy diferente. Musicalmente es muy variado, con su arranque oscuro y tenso que poco a poco nos va llevando hacia el clímax cañero, pero sin perder esa melodía tan atrayente que podría encajar dentro del doom metal. Es una de sus composiciones más trabajadas y que más me han gustado del disco, donde la melodía está presente en todo momento pero sin dejar de lado el thrash furioso y unos cambios de ritmo que hacen que estés todo el rato pendiente. Guillermo vuelve a brillar a la voz con sus cambios de registro y los segundos finales del tema son oro puro.
Rats va directa a la yugular. Thrash metal clásico, rápido y sin edulcorantes que busca destrozar nuestras cervicales. Una de esas canciones que en sus futuros directos pueden dar lugar a moshpits, circle pits o incluso walls of death. Le encuentro muchas vibras al álbum Give 'Em, War y es otra de esas canciones que los seguidores de Angelus Apatrida van a adorar.
Una de las sorpresas mayúsculas de este trabajo es To Whom It May Concern, pieza de más de ocho minutos donde la banda ha buscado experimentar con su sonido pero sin perder un ápice de su identidad. Aquí vamos a tener de todo, desde partes con aires más melancólicos, momentos melódicos donde Guillermo nos muestra su enorme capacidad para cantar con voz más limpia, a momentos cañeros donde se desata el caos, con guitarras dobladas, un solo espectacular, líneas de bajo muy destacadas, un estribillo que es simplemente genial y en general un tema donde se desprende sentimiento y desgarro. Si con temas como Farewell o Hidden Evolution ya nos mostraron la capacidad que tenían para este tipo de composiciones, ahora dan un paso más, superándose y ofreciendo un corte que es de lo mejor que han compuesto en su carrera.
Después de ese torbellino sonoro toca volver al lado más agresivo con Gernika, con los Angelus Apatrida que mejor conocemos, arrollándonos con su sonoridad y su thrash metal corrosivo. Aquí tenemos otro de los mejores solos del disco y momentos melódicos en su estribillo. Otra de esas canciones que en su primera escucha destaca y brilla, siendo otra de mis piezas favoritas del álbum.
I Am Hatred me gusta por su sección rítmica, donde Víctor y Jose consiguen imponerse con su muro sonoro mientras que Guillermo canta de manera desgarradora. Y nuevamente, otro solo de guitarra que nos hace ver que tanto David como Guillermo son de los mejores guitarristas que tenemos en este país y que sus solos están a otro nivel. El tema más corto del disco y por tanto uno de los más brutales.
Otra sorpresa llega con What Kills Us All, donde tenemos la colaboración del rapero Sho-Hai (Violadores del Verso) quien canta sus partes en castellano. Pese a unir thrash con rap, la canción funciona y nos deja una rareza dentro de su discografía donde se nos demuestra que Angelus Apatrida pueden adaptar otros sonidos al suyo sin despeinarse y sonar fenomenal.
El último tema llega con la última colaboración del disco, siendo ahora Todd La Torre (Queensryche) quien pone su voz para Vultures And Butterflies, una pieza donde vuelve a destacar la faceta melódica del cuarteto e ideal para que La Torre destaque con su registro agudo. Musicalmente es el que más se puede alejar del estilo de Angelus Apatrida, que apuestan por un sonido más denso y calmado, aunque en su tramo final se acelera para añadirle garra en sus últimos compases. Una canción diferente pero curiosa que sirve para dar el punto final al disco.
Aftermath es otro trabajo sobresaliente, posiblemente en el que Angelus Apatrida han arriesgado más en su sonido, dándonos momentos más melódicos, colaboraciones con artistas que se salen de su estilo, pero donde también vamos a seguir encontrando los elementos que los han convertido en una de las bandas referentes dentro del thrash metal nacional y europeo. Los manchegos siguen en ascenso y parece que todavía tienen mucho que decir y ofrecer. Otro peldaño más en su impoluta carrera.
Discográfica: Century Media
Formación
- Guillermo Izquierdo - Voz, guitarra
- David G. Álvarez - Guitarra
- José Izquierdo - Bajo
- Víctor Valera - Batería
Tracklist
- Scavenger
- Cold
- Snob
- Fire Eyes
- Rats
- To Whom It May Concern
- Gernika
- I Am Hatred
- What Kills Us All
- Vultures And Butterflies
Puntuación: 9.5/10
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