K.K. Downing está de regreso. El otrora guitarrista de Judas Priest sorprendió a todos cuando anunció su regreso a los escenarios acompañado por dos también ex miembros como son Tim "Ripper" Owens y Les Binks. Aunque el último estuvo poco tiempo en la formación, consiguieron sorprender con su primer trabajo Sermons Of The Sinner, donde quedaba claro que el sonido era fiel al que Downing ayudó a crear con Judas Priest. Ahora, vuelven a la carga con The Sinner Rides Again, donde continúan con la fórmula del anterior pero puliéndola.
Por lo tanto, este es un disco de heavy metal clásico donde todo fan del género lo va a disfrutar, ya que tiene todos los elementos que uno espera. Poca cosa puede salir mal cuando tienes a uno de los guitarristas que ayudó a forjar el sonido que ahora conocemos y a "Ripper" Owens, quien en su día supo sustituir a Rob Halford de forma más que digna y que conserva su voz casi intacta. A esto hay que sumarle al guitarrista A.J. Mills, quien comparte los solos con Downing y no ensombrece a su lado, el bajista Tony Newton y el baterista Sean Elg, quien hace una labor magistral.
El álbum arranca con Sons Of The Sentinel, un inicio épico y más que potente, con esas guitarras cortantes y ese grito inicial de Owens que produce un escalofrío de satisfacción. Tenemos un estribillo pegadizo y una batería demoledora. Especial atención a los solos y ese momento de guitarras dobladas de Downing y Mills, auténtica pasión y magia. Esto es heavy metal sin concesiones.
Strike Of The Viper se torna más oscuro, con un "Ripper" más agresivo a las voces pero igualmente imponente (me alegra ver a Owens en un proyecto donde se luce, en solitario nunca ha despegado, pero al servicio de otros, como Judas Priest, Iced Earth o KK's Priest, siempre logra brillar) Los solos vuelven a ser una maravilla y en menos de 3 minutos se ventilan un auténtico temazo.
Reap The Whirlwind es uno de los mejores cortes del disco y es fácil saber por qué. Tiene un inicio muy heavy que recuerda a Freewheel Burning, un "Ripper" pletórico, un solo de Mills que deja sin aliento... el tema más heavy, acelerado y afilado del álbum. No tiene fisuras. Si te gusta el heavy metal, te gusta esta canción.
Pasamos a One More Shot At Glory, otro título y letra que hace referencia a Judas Priest. Era algo que se podía entender en el anterior trabajo, pero esta obsesión de Downing en recordarnos que fue miembro de la banda y esos guiños empiezan a molestar. Downing ha creado una banda muy buena, no necesita estar lanzando puyas constantes a sus ex compañeros ni estar auto referenciándose cada 3 temas, pero en fin, quitando eso, el inicio oscuro al bajo es épico y en su estructura recuerda a unos Manowar de sus incios, con coros marciales y un estribillo machacón. La batería recuerda al disco Painkiller, intentando emular el himno que fue el tema en el que se inspiran.
Hymn 66 arranca con esa voz en off oscura y teatral, siendo un corte más denso con influencia de Black Sabbath, pero también con referencias (o podemos también llamar auto plagio e incluso homenaje) a otros temas de Judas Priest, encontrando partes que recuerdan sospechosamente a The Ripper o Dissident Agresor. Ese reciclaje de riffs tan sospechoso se puede dejar pasar por alto y centrarnos en el colosal trabajo de "Ripper" y de la batería de Sean Elg. En mi opinión, sin ser mal tema, el menos destacable del disco.
The Sinner Rides Again inicia de forma tranquila y atmosférica pero poco a poco se va embruteciendo hasta explotar con la llegada de Owens, alcanzando el éxtasis en el estribillo. Una de las sorpresas llega con A.J. Mills cantando unas estrofas, mostrando una faceta melódica muy lograda y para dar paso a los solos que vuelven a ser de diez.
Keeper Of The Graves es otra de mis piezas favoritas del álbum. Su inicio tétrico y ambiental, con los coros y "Ripper" recitando las primeras estrofas es sublime. Llegan entonces las guitarras escupiendo un riff que es la quintaesencia del heavy metal, con ese grito de Owens y su interpretación más teatral que es de las mejores que hace en este trabajo. El estribillo puede que no sea el más pegadizo de todos, pero me parece impresionante. No van a faltar los solos marca de la casa, ahora más melódicos. Un tema algo diferente del resto, con toques sinfónicos, pero que les sienta muy bien y añade esa épica necesaria en un álbum de estas características.
Pledge Your Souls empieza a pecar de repetitiva, con los coros del inicio, un estribillo que recuerda al de One More Shot At Glory, nuevamente ese auto plagio (u homenaje) a temas de Priest. Los solos consiguen rescatar a la canción pero por lo demás se me antoja algo prescindible.
Para terminar, Wash Away Your Sins, donde Mills vuelve a la voz para las primeras estrofas, dando un toque muy personal. Pero aquí el que se lleva todas las ovaciones es "Ripper", firmando una de sus mejores interpretaciones, llegando a altos y graves y derrochando sentimiento en muchas de sus partes. Es una lástima que no se le dé el reconocimiento que se merece como vocalista, ya que su carrera y sus aportaciones son brillantes. Musicalmente está llena de subidas y bajadas, una montaña rusa de intensidad que hace de este cierre uno acorde a la magnitud del disco.
Con este segundo trabajo KK's Priest da otro sonoro golpe en la mesa para reivindicarse como una banda que busca su lugar, queriendo reclamar su sitio en el Olimpo del heavy metal. Con una formación ahora establecida que funcionan como uno sólo ser, este disco es una definición de lo que es el heavy metal más allá del legado que enarbola su fundador. Si siguen así, les augura un buen futuro.
Discográfica: Napalm Records
Formación
- K.K. Downing - Guitarra
- Tim "Ripper" Owens - Voz
- A.J. Mills - Guitarra, voz
- Tony Newton - Bajo
- Sean Elg - Batería
Tracklist
- Sons Of The Sentinel
- Strike Of The Viper
- Reap The Whirlwind
- One More Shot At Glory
- Hymn 66
- The Sinner Rides Again
- Keeper Of The Graves
- Pledge Your Souls
- Wash Away Your Sins
Puntuación: 8.5/10
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